Los animales han dejado de ser considerados «cosas» para pasar a ser considerados seres vivos dotados de sensibilidad.
Con esta reforma la ley ha pasado a proteger a los animales de compañía y en los procedimientos de divorcio las partes tendrán que llegar a un acuerdo, y de no hacerlo, será el juez quien tendrá que decidir teniendo en cuenta que es lo mejor para el animal de compañía.