Moya y Gimeno, abogados especialistas en derecho de familia ofrecen consejos fruto de la experiencia por su dilatada experiencia

Ante un proceso de divorcio, momento difícil para todos los implicados, es recomendable tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Explicar a los niños la situación que atraviesan sus progenitores y ser transparentes con el proceso de separación. Conviene dialogar con los niños sobre el tema para aclarar dudas y evitar malos entendidos sobre el proceso de ruptura de convivencia de sus padres. En estos casos, conocer es mejor que imaginar. Conviene que la información que se transmita sea acorde a la edad del niño/a, sencilla, sin juicios de valor contra nadie y dejar al margen los problemas de adultos.
  • Buscar tiempo para estar con los niño/as y disfrutar con ellos de actividades de ocio, aunque la situación no acompañe.
  • Facilitar a los hijo/as la relación con los abuelos y el resto de la familia de ambas partes de la pareja.
  • Mantener la rutina del niño/a en cuanto a cuestiones como horarios, actividades de ocio o con respecto al contacto con los amigos.
  • Evitar ceder a posibles chantajes por parte de los hijo/as para sacar ventajas o provecho de la ruptura de la convivencia entre sus padres.
  • Considerar y confiar en la capacidad de amoldarse y superar los reveses de la vida. Son muy adaptables, sobre todo si los adultos también lo son. Hay que tener en cuenta que no todos los niño/as viven de manera traumática la separación de sus progenitores, como puede ser el caso de hijo/as mayores que entienden las ventajas de terminar con una mala convivencia entre los padres.
  • ¿Cómo gestionar la llegada de una nueva pareja de los progenitores separados? La transparencia es fundamental en el caso de que una de las partes de la pareja rehaga su vida con otra persona.
  • Que sea prograsivo
  • Y sobre todo hay que evitar utilizar a los hijo/as como munición para dañar a la pareja. Los niños pueden verse obligados a elegir entre uno de los dos progenitores, lo que les puede generar ansiedad, estrés o agresividad, por lo que conviene facilitarles lo más posible la situación.
    Huir de sobrecargar desde el punto de vista afectivo o emocional a los hijo/as. Conviene evitar el error de implicarles en discusiones, toma de decisiones o tratarles como si fueran adultos que pueden mediar en la situación entre sus progenitores. De esta manera, se previene la inestabilidad emocional en los pequeños.